sábado, 28 de julio de 2012

Capitulo 1




The Fate of my mind,capitulo 1
Rosa es una joven incapaz de caminar,sin embargo ella adora el baile y la música tradicional a causa de esto poco a poco comienzo a tener sueños respecto a esqueletos vestidos con alegres vestimentas coloridas,al pasar el tiempo poco a poco sintió que una pesadez en sus piernas se iba  alejando para luego descubrir que podía volver a caminar,ella encerrada por su madre comienzp a bailar las melodías que escuchaba hasta que mientras bailaba pudo ver unos ojos rojos con negro cerca de su ventana,asustada corrió a su cama cubriéndose pero noto que los ojos acompañados de cabello negro se acercaban cada vez mas y mas a ella,temerosa tomo un cuchillo que le habían traído para cortar su pan como desayuno y apuñalo al horrible ser saliendo por la ventana mientras escuchaba como la creadora del horrible demonio chillaba de una forma demoniaca,rosa corrió lo mas que pudo solo cubierta con una manta cuando descubrió un hermoso jardín decidiendo esconderse tras el mirando como los demonios que había mandado “la matona”,la buscaban,asustada comenzó a llorar cuando pudo escuchar como alguien tocaba la guitarra y cantaba una hermosa canción,esa voz era hermosa así que aun temerosa pudo ver que era de un joven de cabello castaño corto y ojos azules,accidentalmente se espino su mano con un rosal soltando un quejido de dolor haciendo que el joven dejara de tocar levantándose al descubrir que no estaba solo.

-¿Quién anda ahí?-preguntó el ojiazul acercándose a los rosales mirando una gotas rojizas sobre las rosas de color blanco puro-Sal,no te lastimare-Rosa sujetaba con fuerza la manta que la cubría  temblando a causa del miedo que sentía mientras sentía el liquido carmesí resbalar por la palma de su mano-

-¿Cómo sé que puedo confiar en usted?,además hay monstruos ahí fuera-la pequeña joven de unos 15 años asomó su rostro dando a relucir sus facciones,era tan blanca como las rosas de ese hermoso rosal y su cabello negro y largo caía por sus hombros mientras que observaba con su par de esmeraldas al pelicastaño-

-¿Monstruos?,aquí no hay monstruos señorita,por favor salga-una amable sonrisa se formó en sus labios-prometo no herirla-extendió su mano a Rosa al descubrir su ubicación tras los rosales y esta se quedo mirando la mano con un poco de desconfianza pero terminó sujetándola para levantarse apretando la manta con su mano libre-¿lo ve?,no hay nada que temer conmigo,pero tampoco puedo permitir que una señorita este de esa forma-se despojó del saco negro que vestía y lo puso sobre los hombros de la ojiverde-¿Quién usted?-

-Yo…s-soy Rosa Regen y...bueno yo…lamento haber entrado así a su jardín,pero no tenía otra opción,estoy realmente asustada-cerró fuertemente sus ojos al sentir lágrimas que salían de sus brillantes ojos-lo siento-

-No llore señorita Rosa-con un pañuelo seco las lagrimas de la blanca mejilla apartando el fleco negro de su frente y depositar un beso-Nada va a pasarle,oh es cierto,olvidé presentarme-se inclinó un poco para estar a su altura y sonrió con amabilidad-Yo soy Gregory Black,es un placer conocerla-


-Gregory...¿Black?,usted es ingles?-preguntó curiosa ya sin lágrimas en sus ojos-
-Me he trasladado aquí debido a unos problemas familiares,pero en efecto,soy ingles,de cualquier forma debería cubrirse con algo más o enfermará-



-¿Eh?-la chica agachó la mirada para ver que aun era cubierta por la manta y la chaqueta negra sonrojándose y cerrando más el abrigo que por suerte le quedaba grande haciendo que Gregory soltara una pequeña risita al ver su reacción-



-Permitame un momento-dijo para luego entrar mas allá del jardín y regresar tras varios minutos con un hermoso vestido de color azul de manga larga y con olanes-espero le quede,este pertenecía a mi hermana,por favor pase a cambiarse,yo esperaré fuera-hizo una reverencia extendiendo su mano para que Rosa la tomara y tras aceptar fué guiada a una hermosa mansión de pintura blanca y luego a un vestidor-Estaré aquí fuera si me necesita-



-Gracias Gregory-sonrió al joven y cerró la puerta comenzando a ponerse al vestido que milagrosamente le había quedado perfecto-Co...¿Cómo me veo?-preguntó ya fuera del vestidor con sus manos entrelazadas mirando el piso levemente sonrojada-



-Se ve hermosa,como una doncella de otro mundo-respondió para luego besar la delicada mano-



-Mu-muchas gracias-se volteó mirando la pared al sentir que su rostro parecía mas un jitomate-prometo devolverlo cuando encuentre donde esconderme-en lo ultimo dejó escapar sin querer un tono de tristeza-



-Puede quedarse aquí si este lugar le agrada,no puedo permitir que si realmente esas criaturas te están buscando esté vagando sola por ahí-



-Pero yo no quisiera serle una carga-se volteó al escuchar las palabras y sorprenderse al ver al caballero apoyarse en una de sus rodillas tomando su mano-


-Rosa...¿le gustaría quedarse al lado de este solitario conde?-